1) Estar en encierro involuntario. Muy diferente cuando tienes flojera y decides quedarte en casa a cuando "no puedes salir".
2) Las decenas de correos que decían lo mismo sobre una estrategia gubernamental.
3) La gente que no cree en el virus pero que usa cubrebocas "por si las dudas".
4) Que el mito "chupacabras" fue superado por puercos y compañía.
5) No saber qué me deprimía más en domingo: no salir o los programas estelares dominicales de la televisión mexicana (Hazme reir y El gran desafío).
6) No haber comprado acciones de empresas que fabricaran cubrebocas.
7) Que ni Wolverine nos pudo salvar de los cines cerrados.
8) El regreso escalonado a clases. ¿Que se mueran primero los grandes? ¿Qué no éramos los universitarios (de veinte años en adelante) los más propensos a enfermarnos?
9) Que al regreso a clases, los profesores estarán histéricos y querrán recuperar lo perdido (como si hubiéramos avanzado mucho en semana y media).
10) Las repercusiones al sector turismo (de las principales entradas de dinero al país, vía legal).
11) Ver la ciudad vacía durante días; a la gente triste, llena de pánico; las sonrisas cubiertas, las miradas bajas, las parejas sin besos. ¿Por qué no se originó en otro país? ¿Por qué a México? Sólo eso: ¿por qué aquí?