15/11/14

El país de la chingada

Los mexicanos somos los únicos que entendemos a la perfección el significado de "chingar". "Deja de chingar" o "eres un chingón" son frases completamente opuestas, pero la gran ambivalencia de esta palabra permite que ambas sean correctas. 

Los recientes sucesos en el país hicieron que me diera cuenta de que la palabra "chingar" no sólo está en nuestro lenguaje. Va más allá. Está en nuestro ADN. 

En este país en el que me tocó vivir reina la filosofía de "chinga o te chingan".

Aquí, si no pagas impuestos, sientes que estás chingando al gobierno –aunque en realidad, los chingados somos todos– y cuando los pagas sientes que no sirve de nada porque el pavimento, el transporte y los servicios están de la chingada.

Aquí, todos los políticos prometen y cuando llegan al poder, se chingan dinero, se chingan contratos para sus propias empresas y nos chingan a todos.

Aquí, los narcos se chingan a los civiles, los ladrones te chingan el teléfono mientras vas en la calle, los líderes sindicales se chingan a sus empleados y hasta el jerarca de una congregación religiosa se chingaba a sus alumnos.

Aquí, si recibimos dinero de más, no decimos nada. "Que se chingue por güey". Y si alguien se encuentra una cartera, se la queda, porque si la entrega al policía, se la chinga.

Aquí, los jefes chingan a sus empleados con sueldos injustos, cada mes nos chingan con los gasolinazos y hasta el deporte más visto juega de la chingada.

Aquí las autoridades se chingaron a 43 estudiantes, el presidente se chingó una casa multimillonaria, los políticos nos chingaron con las reformas nuevas y no hacemos nada porque nos gusta que nos chinguen.

¿Estados Unidos Mexicanos? ¡Qué va! Este país debería llamarse "Estados Unidos de la Chingada". 

Esto cambiaría solamente si dejáramos de chingarnos entre nosotros y en una sola voz les dijéramos a las malas autoridades: ¡Deja de chingarnos o te mandamos a la chingada! Pero lo veo muy difícil porque chingar es parte de nuestro ADN.

¿Chingar o que me chinguen? He ahí el dilema. 

12/11/14

Ayotzinapa, lo peor de mí.

Ayotzinapa no es 43 asesinados; es un ejemplo de toda la asquerosidad que ocurre en el país: las muertas de Juárez, los feminicidios del Estado de México, los gasolinazos, los abusos de líderes sindicales, los descabezados, la casa millonaria del Presidente de la República. Y Ayotzinapa me asusta porque todo eso lo he permitido yo.

Ayotzinapa es la muestra de un sistema podrido que no debe continuar pero que más de 100 millones de personas seguimos permitiéndolo.

Ahora más que nunca siento asco por los políticos, pero siento más decepción por todos nosotros que hemos dejado que esos funcionarios continúen abusando.

Hoy más que nunca he dejado de creer en los políticos... pero también en esta sociedad.
Hoy no creo en la unión... ni que los buenos siempre ganan... ni en el final feliz.
Hoy no creo en que haya un cambio como siempre lo hemos pensado porque para que transformemos esto, no basta con lo que estamos haciendo.

No basta con ser buen ciudadano y dar lo mejor en el trabajo.
No basta con pagar impuestos y no dar mordidas.
No basta con quemar la puerta de Palacio Nacional.
No basta con marchar, prender velas o rayar paredes.
No basta con compartir notas en Facebook, usar #HashTags o hacer memes.
No basta con estar informados y discutirlo entre nosotros.
Es más, no basta con escribir esta entrada en el blog. 

Siento tristeza por mí y los mexicanos que nos partimos el alma de sol a sol pero que dejamos que nos sigan jodiendo. Y no solo estoy triste; también enojado con el sistema pero más conmigo mismo porque no sé qué hacer para mejorar a mi país. Sé que hay problemas, pero no sé cómo solucionarlos. 

Lo único que sé es que hoy me quiero largar de aquí porque siento que ni con las marchas, los paros, las redes sociales ni protestas lograremos algo. Y eso es lo que más me asusta: nunca pensé que querría irme del país.

Ayotzinapa me ha enfrentado a lo peor de México; pero más triste: me ha enfrentado a lo peor de mí. 


"El Ángel triste", por @javieremarlo, en Instagram.



22/9/14

Charlie

No creo en lo sobrenatural, pero tampoco no creo.

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Eran las 5:10 de la mañana. Nunca voy al baño a esa hora; pero ese 21 de septiembre de 1999 fue la excepción. Me levanté y caminé al baño. Recuerdo que sentí como si caminara entre pasillos interminables. Abrí la puerta del baño y encontré a Sara, mi hermana, parada inmóvil, como despierta, pero dormida. Me sobresalté. Ella reaccionó y también se asustó. Le pregunté que qué hacía ahí, pero no supo responderme. Salió del bañó y regresó a la cama.

***
Eran las 15:10 de ese mismo día. Como de costumbre, llegué de la secundaria, prendí la televisión para ver Hechos con Rosa María de Castro mientras la comida estaba lista. Sara y mi mamá estaban en la cocina murmurando entre ellas. "Cosas de mujeres", pensé. De pronto, la puerta de la entrada comenzó a azotarse como si alguien tratara de entrar. Fui a la cocina y sin pensar mis palabras, les dije: "¿Ya escucharon? Seguro es un muerto que quiere entrar". En ese momento, mi hermana estalló en llanto y sin tener que decírmelo, lo entendí: Charlie, mi mejor amigo, había sido derrotado por el cáncer.
***

Aún recuerdo el día del entierro: el sol picándome la nuca, mi hermana llorando abrazada de mi papá, amigos del taekwondo formados ante el ataúd despidiéndolo con un saludo marcial, la gente aplaudiendo mientras la caja bajaba a la fosa... Antes de salir del panteón, el papá de Charlie me tomó del brazo, me dijo lo mucho que su hijo me quería y me agradeció por la fotografía que le regalé a Charlie unas horas antes de morir en donde salían ambos. El señor me abrazó y rompimos en llanto.


Ya habían pasado varios días desde su muerte. Mi hermana y yo hablábamos de Charlie, de lo mucho que sufrió con las quimioterapias y recuerdos de la infancia. De pronto, sin razón alguna, la luz se fue. El susto creció cuando mi cuarto comenzó a llenarse de la loción de Charlie sin razón alguna. Corrimos gritando al cuarto de la televisión a contarle a mamá, fue al cuarto y dijo que no olía nada. Años más tarde, nos confesó que teníamos razón. Esa no fue la única vez que su aroma invadió nuestra casa.

***
No creo en lo sobrenatural, pero tampoco no creo. Años más tarde mientras mis papás estaban con los papás de Charlie, entre la plática y los recuerdos, salió a la luz la hora en que murió Charlie: 5:10 del 21 de septiembre. En ese momento comprendí que no existe la casualidad. No fue casualidad que me levantara al baño. No fue casualidad que mi hermana estuviera en el baño a la misma hora. No fue casualidad que nos encontráramos. Charlie quiso vernos juntos antes de regresar al todo. A la nada.

22/4/14

LIBRE INTERNET PARA TODOS


Aun cuando no está al alcance de todos, Internet es el medio más democrático que hay porque quienes tenemos acceso a él, podemos participar libremente.

Así, Internet se ha convertido en el gran buzón de quejas de la ciudadanía. Y no sólo de quejas; es un buzón de críticas. Y va más allá: es una plataforma de propuestas.

En unos días, “Las leyes secundarias en telecomunicación” podrían cambiar esa libertad que tenemos. La fracción III del artículo 145 dice que se podrá bloquear el acceso a determinados contenidos a petición del usuario. Exacto. La libertad que existe en este medio está por llegar a su fin. Y de nuevo, los medios le pertenecerán a unos cuantos. A esos cuantos que han demostrado tener precio. A esos que vendieron sus encuestas, planas y tiempo aire. (inserte aquí su periódico o televisora favorita: ________________).


¿Y quiénes creen que están impulsando esto? Nuestros gobernantes.

Sí, quienes se supone que deben ver por nosotros… están queriendo privarnos de ya un derecho universal: la libertad de Internet.

Señores gobernantes: 
¿Por qué se están olvidando de lo principal? Ustedes, señores gobernantes, SON NUESTROS EMPLEADOS. Y por eso tenemos la libertad y autoridad para quejarnos y criticar su desempeño laboral. Y también tenemos la obligación de proponer. La democracia es de todos; no de unos cuantos.

¿A qué le temen? ¿Qué quieren lograr con estos cambios? ¿Que no se evidencie su incompetencia para gobernar? Ahí está Michoacán.  ¿Que no se muestre su ignorancia? Ahí están tantos eventos públicos donde han metido la pata. ¿A que se inicie un movimiento? Pues si ese es su miedo, les recuerdo que una señora llamada Josefa lo logró cuando aún no existía Internet. 

Los pilares de la democracia son la libertad y cada vez que el gobierno prohíbe algo, una piedra de la democracia se tira.

Señor Peña, Señor Osorio, señores gobernantes:
Mi generación conoce la libertad y no dejaremos que nos la quiten así nomás, por un acto autoritario. Y si nos bloquean Internet, encontraremos la manera. ¿Por qué que creen? Porque no somos la generación apática que piensan. 


25/1/14

Hasta siempre, abue


El tapiz de su cocina

Es 11 de enero. De nuevo el once y sus múltiplos rigiendo mi vida. Tengo un presentimiento y me duermo angustiado. Esa madrugada, a diferencia de muchas, recuerdo mi sueño. Me levanto, veo el reloj. 2:25 de la mañana. Duermo y sueño lo mismo. Me levanto, veo el reloj. 6:15 de la mañana. Mi corazón late fuertemente. Estoy acostado pensando mientras veo el techo de mi habitación. A las 8:25 el celular me despierta. Es mi hermana. 

–Acaba de morir mi abuelita- me dice. –Pasó una noche muy mal y murió hoy a las 8:10.

Cuelgo el teléfono y comienzan los recuerdos. 

***
Es abril de 1975. Faltan 6 meses para que mi mamá cumpla 15 años y su papá acaba de morir. Desde ese momento, su vida y la de su familia cambiarán. Y no le quedará de otra a mi abuela más que sacar adelante a sus hijos. Y en una época machista, en donde los únicos proveedores eran los hombres, María lo logrará.

***
Sigo viendo el techo del cuarto mientras recuerdo mi infancia. Me vienen a la mente los viajes a San Luis. Y en ellos tengo inolvidables momentos con María. Recuerdo cuando íbamos al mercadito. De una mano llevaba el carrito con una prima adentro y, con la otra, la abuela tomaba mi manita. Luego recuerdo cuando la acompañaba a la "hora santa", me quedaba dormido y ella me recargaba en su brazo.

Me levanto y comienzo a preparar mis cosas para ir al funeral.


***
"En esta batalla no está sola". 
Es 2008. Estoy en San Luis porque María está decaída. Las quimioterapias le han arrebatado el cabello y mucho peso. Ni parece la abuela regordeta de mi infancia. Está en su cuarto que se ha transformado en un minihospital. Por muy obvia que es la respuesta, le pregunto cómo está y me dice que pelona. Antes de regresar al D.F. le digo que la próxima vez que me viera, la sorprendería. 

La siguiente vez voy rapado. Le digo que no está sola y que andar pelón está de moda. Después se nos llenan los ojos y la garganta de nostalgia. Cuando la gente me veía, me preguntaba por qué me había rapado. Nunca les dije porque fue un secreto entre ella y yo.



***
Para muchos, María fue dura. Quizá; pero para sacar adelante a una familia numerosa tenía que serlo. Eso o la sociedad se la comería viva. Una de las veces que me quedé de vacaciones con ella, solté en llanto mientras el cavalier guinda de mis papás se alejaba. En lugar de abrazarme o consolarme, me dijo:
–No sea, chillón. Tan grandote y tan llorón-.
Y yo de 10 años solo la veo y sollozo. Esa tarde, María hace gelatina y atole para el chillón.

Para muchos, María fue dura; pero para mí siempre fue aprendizaje. Para mí es la mujer más fuerte que he conocido en mi vida. Para mí, María es sinónimo de fortaleza y de ganas de vivir. Venció el cáncer en 2 partes diferentes. Y no solo cáncer. Un montón de enfermedades. Finalmente su corazón se detuvo a los 88 años. El once y sus múltiplos en mi vida.

María no fue la típica abuela cariñosa. Cuando la abrazabas, te daba dos o tres palmadas en la espalda y ya. Ella mostraba el cariño a su manera. Y todo le gustaba hacerlo a su manera. Tan es así, que dejó hasta la mínima instrucción para su funeral. Creo que de ella heredé hacer las cosas como quiero. Y le heredé otras tantas, como el no poder dormir con calcetines, el malestar estomacal al comer durazno. Ah. Y también las orejotas.

*** 
Soy de esos que nunca sueña. Pero ese 11 de enero fue diferente. Cuando mi abuela estaba agonizando, soñé que se caía y se lastimaba. Me causó mucha angustia. Pero a dos semanas de su muerte, la sueño de nuevo. Pero esta vez es la abuela regordeta de mi infancia. Y está inmensamente feliz. Despierto con una sensación de paz. No creo en el cielo ni en el infierno. "Los actos del hombre no merecen tanto", dice Borges. Pero somos energía que se va a alguna parte. Hoy, María es parte del universo nuevamente. Es todo y nada a la vez. Hoy está nuevamente en casa.

***
Es 2009, un sábado por la mañana. María está en su cama. Mis tías y mi mamá están haciéndole el desayuno. Entro a su cuarto y la veo observando fijamente el cielo a través de la ventana. Le doy un beso en la frente y comienzo a platicarle cómo me va en la universidad mientras sobo sus pies. Seguimos platicando. Poquito porque cada vez habla menos. De la nada le pregunto:

–Abue, si hubiera sido un animal, ¿cuál le habría gustado ser?
Ella me ve, se queda pensando y luego de varios segundos, me dice:
–Una mariposa.
Le pregunto porqué.
–Porque tienen la libertad de andar en donde quieren. Además, sus colores son bonitos. Son libres.

***
Después de 5 horas eternas de viaje, llego a la funeraria. Veo la pantalla de los servicios funerarios, leo "María Silva Castillo. Piso 2". Siento un inmenso nudo en el estómago, doy la vuelta y mientras camino para subir las escaleras, una gran pintura al óleo de una mariposa me observa. Cruzamos miradas y unas lágrimas se me escapan al recordar que ella había elegido la mariposa.

El sol comienza a ocultarse detrás de un cerro. Recién acabamos de enterrar a María. Es el día más triste de mi vida. Los mariachis aún se escuchan. Yo ya no tengo lágrimas. Creo que acabo de llorar todas las que un hombre tiene. Busco un poco de soledad. Camino entre las tumbas y me encuentro una mariposa verde con azul revoloteando en medio del clima desértico de San Luis y en ese momento me doy cuenta de que María, mi abuela, siempre estará conmigo.

***
Te extraño, abue; pero sé que estás conmigo hasta el fin.
Siempre te lo dije y siempre lo creeré: eres la mejor cocinera del mundo. 
Nadie iguala tu sopa de fideos ni tus frijolitos ni tus tamales. 
Tampoco nadie igualará tus tiernos ojos verdiazules.
Gracias por tu fortaleza y enseñanzas. Gracias por todo.
Te amaré siempre. 
Javito.
"Hoy regresas a casa". @javiermarlo en Instagram. Enero 13, 2014.


30/12/13

CRITIQUEMUS EL 2013




21/7/13

Verano peli-culero





22/5/13

México, un país de gente buena

El niño que ayuda a su papá a lavar el auto.
El señor que se levanta a las seis de la mañana para darle lo mejor a su familia.
La mamá que deja a su hijo en la guardería para darle un buen futuro.
El universitario que dejó su casa para alcanzar sus sueños.
El vecino que todos los días saluda con una sonrisa. 
Los que aún dicen gracias. Los que son honestos. 
Los jefes que escuchan a sus empleados. 
La gente del campo que trabaja bajo el sol. 
Los de la ciudad que van tarde pero dan el paso.
Las maestras que enseñan para que sus alumnos las superen.

México está lleno de gente buena. 

Y aunque son tiempos difíciles, es buen momento para decir que los buenos mexicanos somos mayoría. Podrán decir que es un discurso publicitario solamente; pero quienes me conocen saben que siempre he creído en la gente; ni en políticos ni en los grupos, sino en los individuos; en la gente. En ti y en mí. En todos los que nos levantamos cada día para hacer lo mejor que podamos y transformar nuestro entorno.

Les comparto este proyecto del que orgullosamente soy parte. Quizá dirán que detrás de él está una marca. Sí; pero qué mejor que sea una 100% mexicana que cree en su gente, que la conoce porque lleva más de 50 años con ella y que se atreve a decir eso: México es un país de gente buena.