28/7/09

La mosca en la sopa ya no es lo de hoy.

Le confieso que soy muy "sangrón" para la comida. Cualquier objeto ajeno al platillo, me pone histérico, hago berrinche y me da asco. Y para mi mala suerte, he sido testigo en varias ocasiones de algunos objetos raros en la comida en mi plato. Pero esta vez, afortunadamente, no se trata de mí.


Zdenek Philip Hodousek, de 50 años, llegó a uno de los restaurantes de la cadena Claim Jumper, en la localidad de Mission Viejo, en el Condado Orange y pidió una sopa francesa de cebolla. Después que se la llevaron a la mesa, comenzó a comerla cuando, tras varios bocados, sintió un elemento extraño en su boca. Lo masticó, pensando que era queso duro, pero como no pudo destrozarlo, lo escupió en una servilleta y su sorpresa fue cuando vio que se trataba de ¡un condón! Su esposa en ese momento exclamó "Dios mío, es un condón". Acto seguido, Hodousek vomitó y demandó a la cadena de restaurantes. El condón fue sometido a una prueba de ADN pero hasta el momento la firma de restaurantes no facilitó las condiciones para tomar muestras a sus empleados.


No es la primera vez que sucede. En 2004, la cadena McCormick & Schmick, en California, fue demandada por una mujer cuya sopa de almeja tenía también un condón como ingrediente extra.


Amable lector: si alguna vez le sale un cabello en la sopa, agradézcalo o ¿qué, prefiere el condón?