11/12/09

Lo que hace una promesa



Hoy alguien me hizo regresar a este espacio. No fue el frío, la lluvia o un político. Fue un disco, una artista que me re-enseñó a nunca perder la esperanza ni la fe: Susan Boyle.


Podría darles una reseña crítica de su opera prima y decirles cual canción me fascinó y cuál me pareció igual que todas las versiones existentes; sin embargo, el disco me dejó mucho más.


Ella, con un retraso mental, un físico poco atractivo y con el mundo en su contra. Pareciera que todo estaba destinado a que su "diferencia" la mantuviera en el anonimato el resto de sus días; pero su confianza y la promesa que le hizo a su madre -I made a promise 'to be someone'-, reza la dedicatoria del disco, fueron lo que necesitó para que, con gran valor, se presentara en la audición y se llevara a cabo la historia que ya conocemos.


Hoy, Susan, la mujer que cautivó a todo Reino Unido, cuna de la música; la mujer virgen, la que cuidaba ganado, la que soportó burlas cuando apareció por primera vez en el escenario y sólo se limitó a sonreir y cantar, la mujer sencilla y tímida, hizo que recordara que la gente no debe ser juzgada por su apariencia. Siempre he creido que somos como frutas: "la cascara no sirve de nada, la verdadera riqueza siempre está adentro", pero lo había olvidado. Su voz magistral, aquella que hace parecer como si toda la vida se hubiera dedicado a cantar, me hizo recordar que el deseo por lograr un sueño es suficiente para poder lograrlo.


No dejen pasar la oportunidad de comprar el disco. Wild Horses, que suena en este blog, y You'll see son magistrales.