12/9/12

Gracias por juntarme



Era noviembre de 2011. Estaba recuperándome de la cirugía de apendicitis. Mis papás prefirieron que dejara la vida citadina agitada y me recuperara a la vista de ellos, en Salamanca. Fue entonces cuando, entre las paredes de mi cuarto, me di cuenta que le faltaba algo a mi vida: salir de mi zona de confort y hacer algo que me apasionara. 

Tardé dos meses para tomar la decisión hasta que comencé a buscar una vacante de "copy". Entre los resultados, encontré uno de 2009. Nunca había escuchado de esa agencia, pero sí de su director creativo. Entré a la página y, aunque no me gustó, su logo y la frase No dejamos de jugar porque crecemos, crecemos porque dejamos de jugar, me animaron a enviarle un correo a Alan Zabicky bajo el subject: "¿Me juntas?". El 6 de enero, una respuesta breve dándome una entrevista para mostrar mi book, fue mi regalo de Reyes. 

Un día antes de la entrevista, mientras navegaba en Internet, otra frase apareció en mi Google+: Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido. Lo tomé como una señal. Dicen que no existen; que son interpretaciones que le damos a nuestra vida para tomar decisiones, pero yo sí creo en ellas.

Una mesa de billar, unos dardos, dos columpios, el dibujo de un mono enseñando la rayita de su trasero pintado en la pared-pizarrón y una promesa de hacer publicidad grande y creativa que no solo complaciera al cliente, fueron el contexto de mi entrevista y primer día de trabajo aquel 11 de enero.

Lo que siguió fueron 8 meses con instalaciones provisionales hasta Santa Fe, aprendizaje, textos, frases, muchas risas, bullying, lluvias, temblores, ideas aprobadas, muchas más rechazadas, secuestros de figuras de escritorio, borracheras y bailes exóticos, donas para los cumpleañeros, más risas en los peloteos de ideas, frustración, satisfacción y muchos sentimientos para guardar el resto de mi vida.

Cuando se comienza a caer en la rutina y lo que te apasiona se hace monótono, aburrido y pesado, es el tiempo indicado para abandonar la comodidad y rebuscar la esencia original para seguir creando y creciendo. Un día, de pronto, me vi frente a la Mac, trabajando para 7 cuentas más los pitches que surgieran, sin disfrutarlo. Comenzaba a caer en la rutina. Sólo el 3% de la gente vive de su creatividad, y para ser creativos, se debe disfrutar y estar en buen mood consigo mismo. 

Este no es un texto de despedida; es más bien, o pretendo que sea, uno de agradecimiento.

                                                                                 ***

Gracias, Polo, tocayo, por dejarme ser parte de tu barco. Gracias por permitirme aprender de tu experiencia y visión. Gracias más por cada una de las palabras que me dijiste  hace unos días. Aún resuenan en mí. Todo lo dicho me dejó ver que algo hice bien con mi trabajo en estos meses. Me hubiera fascinado saber lo contento que con mi trabajo en otro contexto, no el día de mi renuncia; pero aún así muchas gracias por cada palabra.

Gracias, Alejandro, por compartir tu aguda crítica y orientar las ideas a favor de las marcas. Gracias, Luigi, por tu dinamismo, tu gran sonrisa y buena vibra. Espero que no se te suba ahora que seas el spoke person de RS. Gracias, don David, por tus pláticas, consejos y trato amable.

Espero... no, no espero; estoy seguro que Área Seis será una empresa grande muy pronto. Espero también que además de ser una empresa grande, sea una gran empresa. Una gran empresa es aquella que inspira, motiva, escucha y se preocupa por el bienestar de su talento. Seguramente pronto lo será.

Gracias, Cuentas, por presionar y darnos harto trabajo y estrés a los creativos. Tuve la fortuna de trabajar con cada uno de ustedes y fue un placer. 

Gracias, Lu, por orientarme con las poquitas cosas que hice para Cinépolis. Perdón por haberles dicho a Juan y a ti que estaban embarazados mucho antes de que el médico lo hiciera. Y creo que será niña. Y se llamará Sofía, además. Gracias, Manu, por tu alegría, paciencia, tus aportaciones, tu creatividad y tu gran trato. Y sí, eres un teto. Gracias, Richard, colega taekwondoín, por compartir tus ocurrencias, alegría y carisma. Creo que mi partida te alegrará porque ya nadie subirá el cordón de tus persianas. Gracias, Pao, por organizar el Gordotón. Gracias, Erik, por ser un mirrrey chillón como el peje. Pronto tendré que imprimir mi tesis, y ya sé a quién recurriré. Gracias, Miguel, por ser tan alivianado y paciente. Gracias, Iraís, porque, aunque fuiste quien más me hizo sufrir con la cuenta de Google, siempre me tuviste paciencia. Gracias también porque siempre tenías comida en tu lugar y alimentabas mi instinto de ratón cuando iba a Cuentas. Quando você quiser, podemos ter as aulas de portuguêsCecy. Toda la suerte del mundo en tu nueva casa.

Gracias, Caro, por dejarme conocerte. No sé qué extrañaré más: si ir a tu lugar y besarte en la frente como a una abue o por los osos que me hiciste pasar en el ecológico. Ya sé. Te extrañaré más por las penas que pasé en aquella junta con Chabelo. No es cierto. Te extrañaré porque eres una mujer con un corazón inmenso y de quien me encariñé tremendamente. Este pueblerino te echará de menos como no lo imaginas.


Gracias, farma. Gracias, Eze, por tu apoyo, confianza y liderazgo. Gracias, Luis, porque fue un honor trabajar contigo en esos pitches. Gracias, Fer, por esas pláticas de política. Gracias, Marco porque aunque eres todo serio, eres el rey del bullying. Gracias por tus pláticas y paciencia, David. Gracias por tus muestras de sincero afecto, Charlie. Gracias, Gaby, por tu alegría, aunque no aguantes el ciberbullying.

Gracias a quienes alguna vez fueron parte de Área 6. Gracias, Fabián, por soportar mi ebriedad en aquella tu fiesta. Qué lástima que no se me hizo ser tu dupla en Jóvenes Creativos, Nash. Espero algún día suceda. Gracias, María, porque eres una niña lindísima y a quien le tomé un cariño tremendo. Se cumplió tu profecía: seguí después de ti. Gracias, Pamela, por tu grinchés. Eres una mujer increíble. Y aunque estés a miles de kilómetros disfrutando tu vida de señora, te tengo muy presente. Gracias, Diego Morel, por alentarme y por compartir tu gran experiencia. Te aprendí como no te imaginas.

Finalmente gracias a los del cuartel. Gracias, creativos. 

Gracias, Mike, porque me permitiste conocer a alguien muy noble; a una persona con un corazón de niño disfrazado de metalero. Extrañaré tus "¿Ah shi?" y tus "Iuuuu" como no te imaginas.

Gracias, Irack, porque además de ser ingenioso y carrillero, eres talentoso. Gracias por compartir tu carisma y gran alegría. Tienes muchísimo qué ofrecerle a tu niño. Y seguro será una gran persona; como su papá. Extrañaré tus "¡Qué pendejo!", tus memes y fuertes carcajadas.

Gracias por tus ocurrencias y talento, Martín. Gracias también por tus palabras alentadoras. Cada oportunidad que tuve de trabajar contigo, aprendí como no tienes idea. Está de más decirlo pero eres un gran líder. Eres grande. 

Gracias por transmitir tu sana forma de vivir, Arthur. Gracias por tus consejos, Juan. Si algo disfrutaba a la hora de los peloteos, Pepe, era escuchar tus ideas; gracias por ello. Gracias por tus frases e inocencia, Mariana. Gracias por tu buena vibra, Carla. Fue apenas un mes de convivencia, pero te tomé un gran cariño. Cuídate esa rodilla o serás una nueva cheche.

Gracias, Jarocho, por ayudarme con mis dudas gramaticales. Pero gracias más por tu alegría, por ser un alma vieja, tu espíritu de señora protectora y gracias más por tu ingenio. Cuando seas un político, no te olvides de mí. Seeeeeeee!!

Gracias, Conde, por ser todo un sensei y por cada uno de los consejos. Eres chingón.


Gracias, Edith, por ser mi cómplice. Me quedaría corto si trato de escribir todo lo que debo y quiero agradecerte. Gracias por ser uno de los soles que han iluminado mi camino. Gracias por ser y estar. Te quiero como no tienes idea, cheche.

Finalmente, gracias, Alan, por juntarme en tu juego. Estoy seguro que lo escuchas con frecuencia y seré uno más que lo diga, pero lo expreso desde el corazón: te admiro. Ya eres una persona muy importante en mi vida.

Gracias, tripulación de Área 6. Gracias por su hospitalidad y sus enseñanzas. Gracias infinitas por sus alegrías y por demostrarme que no estaba equivocado: el trabajo se disfruta más cuando parece un recreo y no un trabajo. Por ahora, sólo sé decirlo en cuatro idiomas: thank you, grazie mille, muito obrigado谢谢!; pero el que mejor me sale, es este que va desde el corazón: gracias.

Es momento de que mi avioncito de papel tome otros rumbos para continuar volando. Les extrañaré. Y si algún día la vida hace que nuestros caminos se crucen otra vez, le estaré nuevamente agradecido.

Gracias, adultos con alma de niño.

                               "Soy el amo de mi destino; soy el capitán de mi alma."

Cambio y fuera.