28/7/11

El juego


Era 2005 y todos hacían ya ganador a López Obrador. Un año después lo declararon perdedor por una diferencia de 0.56%. Una historia similar se está dibujando en 2011; la mayoría dice que Enrique Peña Nieto será el próximo presidente de México. 

Seamos realistas; gran parte de los mexicanos no eligen a sus políticos por las propuestas; los eligen por el color del partido. Sí, a lo güey. "Yo tacho todo del PRI"; o por la apariencia física: "pues yo voy a votar por él porque está guapo" o "porque me cae bien" o "porque no se ve tan rata".

El Partido Acción Nacional -PAN- tiene un reto muy difícil. En 2006 ganaron con su campaña de miedo. Y para 2012 están tratando de construir algo parecido: 







Pero ¿qué es más grande? ¿ese miedo o el miedo que causa una persona durante todo este sexenio con tantas muertes? La clave para cualquier candidato será evocar a sentimientos de esperanza, justo como Fox, justo como Barack Obama y su "Yes we can".

Para el PAN hay varias jugadas:
-Josefina Vázquez Mota, la única precandidata -mujer- rumbo a 2012. Ésa, ser mujer, es su gran fortaleza y oportunidad. Si tan solo se unieran todas las mujeres del país -mayoría por unos cuantos millones-, la llevarían a la presidencia. Lástima que aún hay quienes votarán por el mejor peinado o el más sexy. 
-Alonso Lujambio, la otra carta. Éste, creo yo, es quien, con una campaña impecable -y costosísima-, puede llevar a la presidencia al PAN. 
Sin embargo, la carta bajo la manga para este partido será el narcotráfico. Si el gobierno de Calderón captura al "Chapo", podría repuntar el candidato del partido.

Por parte del Partido Revolucionario Institucional -PRI- hay dos nombres:
El ya muy mencionado Enrique Peña Nieto y quien puede dar la sorpresa simplemente por llevarse bien con los líderes de su partido: Manlio Fabio Beltrones

La "izquierda" mexicana tiene a dos que prometen irán juntos. Ojalá sea cierto y sus egos no sean más grandes y terminen haciendo berrinches: Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador

No es porque no soporte a López, pero no tiene la misma fuerza que en 2006. Aún tiene, pero no con la misma intensidad. Gente cercana a mí votaron por él, creían en él, y después del plantón en Reforma, las pérdidas económicas millonarias y de empleo que causó por esa medida, dejaron de apoyarlo. Para que Obrador tenga la misma fuerza como en 2005, necesitará de una estupidez tan grande por parte de sus adversarios como el desafuero, pero Calderón no es tan imbécil como Fox. Marcelo Ebrard podría ser un digno candidato del Partido de la Revolución Democrática -PRD- pero difícilmente ganaría. ¿El motivo? No tiene carisma.

Pero hay un as bajo la manga. Si el PRD tiene la humildad de aceptar que no tienen una propuesta sensata y se llegara a aprobar la candidatura de los ciudadanos, Juan Ramón de la Fuente es una opción: sacó del hoyo a la Universidad Nacional Autónoma de México y después la posicionó mundialmente. Tiene el respaldo de personajes como José Woldenberg o Carlos Slim. Y si nos vamos por la media de los mexicanos, tiene personalidad y es guapo. 

La política es como un juego de póquer en el que unos cuantos mueven las cartas pero cada movimiento afecta a 110 millones de personas. Preparémonos para jugadas como videoescándalos, caídas, resurgimientos y la jugada que nunca falla: las promesas.

Nota al pie de página:
¿Han escuchado que están discutiendo una reforma política?¿Sabían que está en plática que se permita la reelección? Cuidado, eh. En una de ésas, nos salen con que la lucha contra el narcotráfico debe seguir el mismo rumbo y sientan en la silla presidencial a Calderón de nuevo.

Por cierto, debería existir una ley que prohíba hacer campañas electorales prometiendo algo y, una vez ganadas las elecciones, den un giro o hagan cosas que ni siquiera propusieron. Sí, justo como Felipe Calderón, que se vendió como el presidente del empleo y, en una jugada NUNCA anunciada en campaña, decidió luchar contra el narcotráfico.