Ayer fue la marcha anti-Peña. Aún no es oficialmente el Presidente de México, y ya hay marchas en contra de Enrique Peña Nieto. Quizá corra con la misma suerte que Rodriguez Zapatero, de España, a quien no dejaron que terminara su mandato.
Vivo en el Distrito Federal, una zona que apoya fuertemente a Andrés Manuel López Obrador. El termómetro que se vive acá es de que todo mundo lo ama. De acuerdo a una encuesta del periódico Reforma, más del 40% de los capitalinos votará por él. También en internet se vive la misma sensación: los trendtopics en Twitter dejan en claro el apoyo de los internautas hacia AMLO y el odio hacia Peña.
Pero les tengo malas noticias a los amlistas: el país no es sólo el Distrito Federal ni Twitter.
Hubieron más de 46 mil personas marchando en el centro histórico de la Ciudad de México. Sí. Muchísimos. Pero en los otros estados no hubo tremenda participación. En Guadalajara hubieron 3 mil; Puebla, 1,500; Monterrey, 700; Pachuca, 500; Xalapa, 500; Aguascalientes, 300; Torreón, 300; Saltillo, 200; Morelia, 200; Chihuahua, 150; Colima, 120; Cancún, 100; Tijuana, 100; Villahermosa, 80; Durango, 50 y Oaxaca, 38. Después de todo, no es tan odiado en las otras entidades del país. Después de todo, las encuestas que le dan una amplia ventaja a Peña sobre los otros candidatos podrían estar mostrando la realidad.
Sí. Las encuestas de internet hacen ganador a AMLO. Pero tengan en cuenta que sólo 40 millones de mexicanos usamos internet. Faltan otros 70 millones de mexicanos en esas encuestas, entre los cuales abundan quienes sólo se informan con lo que la televisión presenta y su medio máximo de entretenimiento son las telenovelas y se comen todo el numerito que montó Peña en Televisa.
40 millones de quienes tienen internet contra 70 millones que no tienen y sólo consumen televisión. No es necesario decir qué es mayoría.
El argumento de los perredistas de desconocer las encuestas donde AMLO va muy por debajo de EPN es válido; pero entonces que también desconozcan esas encuestas que ponen a Miguel Ángel Mancera -futuro Jefe de Gobierno en el DF- muy arriba. Sean coherentes con su discurso o ¿es el el típico juego de "participo mientras voy ganando; cuando voy perdiendo, me enojo y dejo de jugar"?.
Que quede claro. No quiero que Enrique Peña Nieto sea mi presidente. No. Pero así es la democracia. Y si hay 70 millones que lo prefieren; si los 40 millones que no lo queremos somos minoría, debo aguantarme.
Me asusta mucho que el autoritarismo regrese; pero también me asusta la intolerancia de los detractores de Peña. Me asusta la desestabilidad de mi país que se originará después de las elecciones. En 2006, el berrinche fue en Avenida Reforma; me asusta que ahora el berrinche termine con derramamiento de sangre. Y lo peor: que sea sangre de inocentes.
Porque la culpa no es de los mexicanos. La culpa es de los partidos. La culpa de las futuras elecciones con violencia será de Peña por comprar a los medios de comunicación que lo venden como el mejor. La culpa de que regrese el PRI a Los Pinos será de los gobiernos del PAN por desperdiciar 12 años; por hacernos soñar con un cambio que nunca lograron; por dejar en el poder a Elba Esther y toda la mafia que aún sigue. La culpa del regreso del PRI será del PRD, por no mostrar madurez política y no querer asumir el papel que le correspondía: ser el partido opositor crítico. La culpa será de AMLO por haber perdido la cabeza después de 2006; el resultado de no haber actuado con prudencia ahí esta: le hace falta más del 15% para superar al candidato impuesto por los medios.
Porque la culpa no es de los mexicanos. La culpa es de los partidos. La culpa de las futuras elecciones con violencia será de Peña por comprar a los medios de comunicación que lo venden como el mejor. La culpa de que regrese el PRI a Los Pinos será de los gobiernos del PAN por desperdiciar 12 años; por hacernos soñar con un cambio que nunca lograron; por dejar en el poder a Elba Esther y toda la mafia que aún sigue. La culpa del regreso del PRI será del PRD, por no mostrar madurez política y no querer asumir el papel que le correspondía: ser el partido opositor crítico. La culpa será de AMLO por haber perdido la cabeza después de 2006; el resultado de no haber actuado con prudencia ahí esta: le hace falta más del 15% para superar al candidato impuesto por los medios.
Ahora entiendo el dicho de que con política y futbol no debemos metarnos porque la pasión se desborda. Esa pasión que nos ciega; que nos hace creer que el candidato por el que votaremos es el ideal, el que logrará los cambios necesarios. ¿En serio no se han dado cuenta que cada 6 años es lo mismo? ¿La misma esperanza, la misma fe, la misma sensación y después la misma decepción?
Enrique Peña Nieto NO nos debe gobernar porque es un personaje creado por los medios.
Andrés Manuel López Obrador No merece gobernarnos porque a fuerzas quiere ser presidente.
Y Josefina Vázquez NO es lo mejor que tiene el PAN y por eso no merece ganar.
Cuando tengamos medios de comunicación preocupados verdaderamente por el país y no sólo por sus intereses; cuando seamos críticos y no nos creamos todo lo que nos dicen nuestros candidatos; cuando dejemos de idolatrarlos y les exijamos desde las campañas como lo que quieren ser, nuestros empleados, esto cambiará.